Psicosis
La psicosis es un trastorno mental grave que altera profundamente la capacidad mental de un individuo y le hace perder contacto con la realidad. Puede ocurrir a cualquier edad, aunque es bastante raro en niños y adolescentes menores de 15 años.
La psicosis trae consigo complicaciones graves, que incluyen autolesión y suicidio, abuso de alcohol y drogas.
¿Cuáles son los síntomas de la psicosis?
El sujeto con psicosis experimenta ilusiones (está convencido de cosas falsas) y alucinaciones, que pueden afectar a los cinco sentidos. El psicótico puede mostrar un estado de confusión, hablar rápidamente y cambiar de tema de repente.
A menudo ocurre que pierde el hilo de sus pensamientos y se detiene sin completar su discurso o acción. Además, el sujeto es incapaz de darse cuenta de sus propios trastornos y actitudes anormales.
Otros síntomas incluyen dificultad en la concentración, ansiedad y agitación, aislamiento social, trastornos del sueño y mal humor.
¿Cuáles son las causas de la psicosis?
Las causas de la psicosis son múltiples. El trastorno psicótico, de hecho, puede derivarse de:
Una enfermedad psiquiátrica, como trastorno bipolar, esquizofrenia o depresión grave.
Una enfermedad física, por ejemplo enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, demencia con cuerpos de Lewy, etc.), tumores cerebrales, esclerosis múltiple, epilepsia, apoplejía, trastornos del desarrollo neurológico, anomalías cromosómicas, trastornos endocrinos (hipotiroidismo e hipertiroidismo, insuficiencia suprarrenal , síndrome de Cushing, etc.), enfermedades infecciosas (SIDA, enfermedad de Lyme, malaria, sífilis, etc.), trastornos del sueño, enfermedades autoinmunes (lupus, encefalopatía de Hashimoto, etc.), deficiencias nutricionales, defectos metabólicos innatos y enfermedades metabólicas adquiridas (hipocalcemia e hipercalcemia, hipoanatremia e hipernatremia, etc.).
Abuso de sustancias psicoactivas, como alcohol, marihuana, cocaína, LSD, anfetaminas, etc.
Una lesión en la cabeza durante la infancia.
Otras formas de psicosis, en cambio, pueden desencadenarse por varias razones, tales como la psicosis menstrual, psicosis posparto, la psicosis ocupacional, la psicosis compartida (cuando se tiene una estrecha relación con un individuo psicótico), etc.
La heredabilidad también influye significativamente en el desarrollo de una psicosis.
¿Se puede prevenir?
Aunque es casi imposible prevenir la psicosis, las personas en riesgo pueden someterse a terapias cognitivo-conductuales para evitar el desarrollo de la enfermedad. En presencia de síntomas y actitudes sospechosas, es posible someterse a exámenes adicionales.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento consiste en la administración de fármacos antipsicóticos, en la terapia causal (tratamiento de las causas que generan la psicosis) y en la psicoterapia.
Las técnicas más practicadas son la terapia cognitivo-conductual, que ayuda al psicótico a reconocer y dominar los comportamientos problemáticos) y la terapia familiar.
El paciente puede encontrar una ayuda válida también en los grupos de apoyo, en los que participan personas con trastornos similares.
¿Cómo son los síntomas principales de la psicosis?
La psicosis suele provocar cambios en el estado de ánimo y en la forma de pensar dando lugar a ideas extrañas, por lo que resulta difícil entender qué siente la persona afectada. Con el objetivo de comprender en qué consiste la experiencia psicótica, es útil clasificar por grupos algunos de los síntomas más característicos.
Pensamientos confusos: los pensamientos más comunes se vuelven confusos o dejan de guardar una relación adecuada entre sí. La expresión verbal puede resultar difícil de entender o puede perder el sentido. En algunos casos, el paciente puede tener problemas para concentrarse, seguir el hilo de la conversación o recordar las cosas. Los pensamientos parecen acelerarse o volverse más lentos.
Creencias falsas: con frecuencia, la persona afecta de un episodio psicótico tiene creencias falsas, conocidas como delirios. El grado de convencimiento es tan alto que ningún razonamiento, por lógico que sea, es capaz de refutarlo. Por ejemplo, puede estar convencido de que la policía le está vigilando, simplemente por la forma en que están aparcados los coches fuera de su casa.
Alucinaciones: por efecto de la psicosis, la persona puede ver, oír, sentir o oler cosas que en realidad no están presentes. De esta manera, puede escuchar voces que nadie más puede escuchar, ver objetos inexistentes o percibir el olor o el sabor de los alimentos alterados que le parece que están en mal estado o incluso envenenados.
Cambios afectivos y de percepción: a veces, la forma de sentir de la persona cambia de repente, sin que exista una causa aparente, haciendo que se sienta extraña y aislada del mundo. Son frecuentes los cambios bruscos en el estado de ánimo, pudiendo sentirse muy excitada o, por el contrario, deprimida. En ocasiones, parece que las emociones pierdan intensidad, por lo que puede sentir menos que antes o dejar de manifestar sus emociones a las personas que le rodean.
Cambios de conducta: las personas que padecen una psicosis presentan cambios en su conducta habitual. En algunos casos se vuelven extremadamente activas y en otros, les sobreviene un gran letargo que les hace estar sin hacer nada durante todo el día. Pueden reír en momentos inoportunos o enfadarse sin motivo aparente. Muchas veces, estos cambios de conducta se relacionan con los síntomas que hemos mencionado anteriormente. Por ejemplo, si la persona cree que se encuentra en peligro puede llamar a la policía, si piensa que es un profeta puede pasar el tiempo predicando por la calle o puede dejar de comer si tiene miedo a que la comida esté envenenada.
Los síntomas varían de una persona a otra y en algunos casos, cambian con el tiempo.